Arte Digital
Siendo el arte digital
producto de la tecnología informática, se da la tentación de distinguir el arte
tradicional del digital señalando que éste es tecnológico, y el resto no.
La tecnología consiste
básicamente en un instrumento o procedimiento que posibilita una creación, y en
ese sentido no existe diferencia entre un pincel y una paleta gráfica, pero es
común encontrar clasificaciones de arte digital basadas en el soporte
usado: net.art, CD-Rom-art, videoarte, instalaciones interactivas y sus
híbridos, que suelen etiquetarse como «arte multimedia».
El escritor
y docente argentino Diego
Levis opina a este
respecto que «las herramientas por sí mismas no representan un estímulo para la
creatividad personal, pues la capacidad artística depende de factores más
profundos que la mera disposición de medios tecnológicos».
Para Levis, el arte digital se
inserta en un proceso progresivo de desmaterialización de la obra artística que
se retrotrae a la incorporación de la fotografía al ámbito de
las artes, a finales del siglo XIX.
La fotografía separó el
momento de la captación o construcción de la imagen del proceso de manipulación
o transformación de los elementos materiales de la obra, proceso acentuado
posteriormente con la aparición del cine, que incorporaba
una nueva dimensión espacio-temporal intangible, que ya no se encuentra en el
soporte material (la película impresionada) sino en el momento de la
proyección.
La televisión pudo
posteriormente prescindir incluso de este soporte material y el proceso
culminó, provisionalmente, en las técnicas de simulación y representación
digital. No obstante, la creación de imágenes de síntesis sigue el proceso
creativo de cualquier arte plástica, al crear imágenes a partir de modelos que
surgen de la imaginación de sus creadores.
Una imagen digital es el
resultado visual de un proceso en el que la función de la luz en los soportes
químicos de la fotografía o magnéticos del vídeo ha sido sustituido por el cálculo
matemático efectuado por una computadora.
Desde finales de la década de 1950
las computadoras pudieron tratar sonidos e imágenes. Pese a su inicial
limitación de capacidad, el potencial de la nueva tecnología atrajo a numerosos
artistas, y actualmente las computadoras están presentes en distintas fases del
proceso de creación y reproducción de obras en muchas disciplinas artísticas.
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